miércoles, 15 de enero de 2014

XIII

XIII


"Trabajadores del mundo, uníos en otra parte
ya os alcanzo, me lo he prometido una y mil veces"
Enrique Lihn.



Todos los poetas beben un café en el infierno:
Su estancia entre los moteles de lucifer
es inevitable.

Los vasos son vaciados por la bohemia y la oscuridad.
Bazucas disparan llamaradas de tinta y carbón calcinado por los ángeles /caídos y borrachos.
Órganos de iglesia golpean la cacofonía
y la trompeta de Gabriel revela el apocalipsis
de sus almas perdidas en la eternidad.
La escritura fue el sudor de la poesía hecha canto en las entrañas de cada /maldito al que la vida le dio la espalda,
Y le tocaron el culo con el lápiz,
Dejándole un prolapso en la cara.
Usaron su fuerza y trataron de aferrarse a las letras
Para no morir.

Las caricias nunca fueron recordadas
por las putas que acudieron a vaciar el vaso turbio
de los poemas dedicados…
 Que poseen mugre y barro de cada uña sacrificada al escribir,
Poseen las puntas de las lanzas de la sociedad brutalmente pisoteada
¡Poseen todas las gotas frustradas de la humanidad!...

Hoy las musas conocen el camino hacia el infierno.
Por favor, sácame de esta tragedia
Y encúmbrame en el cielo como un volantín enredado a los cables de la /electricidad.